LO QUE NOS HACE LA VIDA QUE HACEMOS

En esta época de pandemia, el uso de ciertas palabras,ácomo ´presencial´ o, tal vez, ´presencialidad´, seámultiplica con un significado nuevo. De pronto, nosádamos cuenta de que se trata de un hecho enorme,áporque no cabe duda de que ´encontrarse´ con alguienáhabía sido, hasta ahora, y sin necesidad de aclararlo, hacerloá´en presencia´. Sin embargo, súbitamente, ha sucedido queáuna conducta que ´siempre´ fue normal se ha ´convertido´áen otra, peligrosa y antihigiénica, que es obligatorio evitar. Cuando un amigo muere, y solo ´permanece´ en laáconmovedora pluralidad de aquello que recordamosáacerca de nuestra convivencia con él, lo único de aquel ayeráque hemos realmente perdido es su presencia material yáconcreta, la misma que hoy procuramos eludir. Así, lejosádel contacto afectivo con todas aquellas personas (amigos,áparientes, compañeros en el trabajo o el deporte) que noáintegran el ámbito reducido que ocupa la familia nuclear,ápero que otorgan una ´pertenencia´, nos sucede que vamosáperdiendo, poco a poco, la alegría que surge de una vidaá´en salud´. El autor de este libro ha encontrado la oportunidad deáestablecer, con un conjunto heterogéneo de personas, unáespacio fraterno en el cual uno puede descargar lo queátiene entre pecho y espalda. Así nacieron estos Apuntes de todos los días, que hoy conforman un volumen que, poráprimera vez, dado que puede ser leído en forma sucesiva,ádeja transparentar una historia.